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No es China, es la eficiencia la que está acabando con nuestros empleos

Tue Dec 6, 2011

Este artículo me pareció tan interesante que decidí traducirlo y compartirlo aquí con permiso de su autor, Dyske Suematsu. Puedes leer el original en http://dyske.com/paper/945.
La mayor parte de la riqueza se concentra ahora en la parte superior de la escala social. Esto ocurre en los EEUU y la brecha se amplía cada año. Creo que se debe a la eficiencia y no a China. Hoy en día las mejores ideas pueden propagarse por el mundo de manera rápida y eficiente, y todos pueden encontrarlas y comprarlas de manera eficiente, lo que convierte a los propietarios de esas ideas en personas asquerosamente ricas y hace que las ideas que no son las mejores apenas puedan sobrevivir. No solo es rápida la transferencia de información, la riqueza también se transfiere rápida y eficientemente.

Imagina que en el futuro existe algo similar al teletransportador de Star Trek que nos permite servir comida recién cocinada a cualquier persona del mundo. La eficiencia de un dispositivo así probablemente acabaría con los restaurantes locales que no son los mejores. La eficiencia de esta cocina del futuro permitiría a un cocinero servir a millones de comensales cada día. Probablemente solo necesitaríamos unos pocos cocineros por cocina en todo el mundo. La razón por la que muchos cocineros aún tienen trabajo es por que el mundo aún no es tan eficiente. En otras industrias mucha gente ha perdido su trabajo debido a la invasión de la eficiencia en sus campos.

Cuando alguien es propietario de un medio de producción más eficiente puede eliminar un gran número de puestos de trabajo y obtener unos grandes beneficios con el dinero que ahorra. En otras palabras, no es tanto que los empleos estadounidenses estén yéndose al extranjero, sino que los propietarios de medios de producción eficientes se están embolsando el dinero que gastaban en la contratación de empleados.

Piensa en los periodistas, muchos están perdiendo sus empleos. Los periódicos están sobreviviendo a duras penas. En los viejos tiempos, por cada noticia había probablemente cientos de periodistas escribiendo sobre la misma historia para periódicos locales. Ahora, debido a la eficiencia de Internet y sus motores de búsqueda, sería suficiente que unos pocos periodistas escribieran el artículo para toda la nación. La gente sería capaz de encontrarlos. No hay motivo para que cientos de periódicos tengan que escribir y publicar sus propias versiones de la misma noticia. Visita Google News y observa las noticias sobre un tema. Verás aún cientos de versiones ligeramente diferentes de una misma noticia. Los periodistas que aún escriben esas noticias estarán en paro en breve.

Las empresas son cada vez más grandes (en términos de capitalización bursátil), más globales y más poderosas. Sin embargo son cada vez más pequeñas en cuanto a número de empleados porque han dominado el arte de la eficiencia. Es más barato y rápido producir bienes a escala mundial cuando el mismo producto es consumido por millones de personas en todo el mundo. En los viejos tiempos, cada tipo de producto, una silla por ejemplo, la fabricaban muchas personas de diferentes maneras y en diferentes lugares. Era ineficiente pero proporcionaba empleo a mucha gente. Ahora la misma silla de Ikea se puede vender en todo el mundo. No necesitamos a tanta gente diseñando y fabricando sillas. Lo mismo es cierto para otras cosas, por ejemplo los programas de ordenador, los teléfonos móviles, las hamburgesas de McDonald’s y los cafés de Starbucks. Debido a la eficiencia el mercado elimina rápidamente los productos inferiores y todos encuentran los productos superiores y acuden a ellos en masa. Por lo tanto, unos pocos ganan a lo grande, y el resto fracasa.

Este patrón, llamado “ley de potencias” o “regla 80-20” se encuentra en todas partes. El 20% de la población posee un 80% de la riqueza. El 20% de los sitios web generan el 80% del tráfico de Internet. El 20% de los artículos de tu sitio web se llevan las visitas del 80% de los lectores. Y así sucesivamente. La razón por la cual los desarrolladores de software corren a cada nuevo mercado (por ejemplo las aplicaciones de Facebook, las de iPhone, las de Android, etc.) es que al principio esta curva- es más plana. El 20% no se lleva el 80% del mercado porque el mercado aún no es tan eficiente. Todos tienen la oportunidad de lograr un éxito modesto. Pero incluso los mercados alcanzan la regla en menos tiempo.

Al ritmo al que estamos haciendo que todo sea más eficiente, en un futuro no muy lejano tendríamos máquinas que pueden producir todo lo que necesitamos. Supongamos que una de esas máquinas funciona como un horno microondas: le dices lo que quieres y te lo prepara. Las máquinas se encargan de todo, así que nosotros no necesitaríamos trabajar en absoluto. Entonces, pregunto: ¿Quién sería el dueño de esas máquinas? La respuesta más obvia podría ser: el gobierno. En otras palabras, todos compartimos la propiedad de esas máquinas. Pero eso sería puro comunismo, el sueño de Marx hecho realidad. El estado sería el propietario de todos los medios de producción, y estoy seguro de que no estás dispuesto a admitir que crees en el comunismo. En ese caso debemos dejar que propietarios particulares posean esas máquinas. 

¿Pero qué significa en realidad? En última instancia habría una persona propietaria de todos los medios de producción. Eso es lo que sucedería si entendemos la eficiencia de forma lógica. Cualquier otro competidor menos eficiente sería eliminado por la eficiencia de las fuerzas del mercado. Pero aquí está el enigma: ¿Quién podrá comprar sus productos o servicios y con qué? Si el Warren Buffett del futuro es propietario de todos los medios de producción, y si no necesita la ayuda de nadie, ¿cómo podrán ganar dinero los demás? Si no pueden ganar dinero, ¿cómo van a comprar sus productos o servicios? Él solo podría producir comida para billones de personas en todo el mundo, pero no tendría ningún incentivo para producir cosas ya que nadie se puede permitir comprar.

En realidad no estamos tan lejos de esta absurda situación. Incluso las grandes empresas sufren en la actualidad porque los consumidores americanos están arruinados. Y eso se debe a que las mismas empresas despidieron a esos consumidores. A través de la eficiencia eliminaron puestos de trabajo para aumentar los beneficios. Es irónico que al reducir la plantilla redujeran también el número de clientes. En realidad, la conclusión teórica descrita no podría suceder debido a que habría disturbios, motines y guerras mucho antes de llegar a ese punto. Por lo tanto, desde el punto de vista de la gente rica que posee los medios de producción, es una cuestión de cuánta gente (es decir, empleados / consumidores) pueden eliminar mediante la eficiencia antes de llegar a un punto de rendimientos decrecientes.

Cada vez está más claro que ya hemos llegado a ese punto. Sin embargo, el problema es que ninguna empresa se detendrá en su búsqueda de la eficiencia ya que todas quieren que sea otra la que empiece a devolver puestos de trabajo a los consumidores. No quieren ser la primera en hacer el sacrificio y empezar a hacer las cosas de forma ineficiente. La búsqueda de la eficiencia es una carrera de locos. Todos tenemos que participar en esta carrera de locos, de lo contrario seríamos incapaces de sobrevivir. Si los demás participan en la carrera, todos tenemos que hacerlo, o de lo contrario la eficiencia de las fuerzas del mercado nos elimina rápidamente. La única manera de pararlo es que el estado intervenga. Esa intervención debe estar coordinada globalmente. Un país que intente parar por su cuenta la carrera loca de la eficiencia perecerá rápidamente. Necesitamos que los gobiernos de todo el mundo intervengan en la economía global y hagan las cosas más ineficientes.

Hay muchas maneras de hacer las cosas más ineficientes. Una de mis fantasías consiste en la abolición de las empresas que cotizan en bolsa. Esto nunca va a suceder, pero déjadme jugar con la idea. Las empresas que cotizan en bolsa son máquinas de generar beneficios altamente eficientes. Sus directores y empleados siempre deben poner los beneficios por encima de todo. Si pusieran sus propios valores personales por encima de los beneficios serían rápidamente despedidos por los accionistas. Debido a que sus acciones se negocian de una manera tan eficiente, los propietarios de la empresa cambian cada milisegundo. Esto promueve los beneficios a corto plazo y la evasión de responsabilidades. Este tipo de empresas reciben presiones para seguir creciendo más y se hagan más grandes. Siempre son más dominantes porque tienen fácil acceso a financiación. A medida que crecen arrasan con las pequeñas empresas locales que no pueden competir con la eficiencia de la gran corporación. Aun así, a medida que pasan los años, contratan cada vez a menos gente porque su propia eficiencia interna aumenta.

Si se pudieran prohibir las empresas que cotizan en bolsa de todo el planeta, imagino que la curva de la ley de potencias sería más plana y daría más oportunidades a la gente de clases bajas, aunque el PIB disminuyera (el problema que se debe abordar primero es la gran desigualdad de salarios; podemos preocuparnos por el PIB más adelante.). En lugar de impuestos para los ricos, mi idea es hacer que sea más difícil (ineficiente) que alguien pueda dominar cualquier mercado. No proporcionar las herramientas de la eficiencia, por ejemplo la compra-venta de acciones en bolsa, que promueve la búsqueda del beneficio y la eficiencia a costa del bienestar social. Podríais decir que soy anti-empresa, pero las empresas no son personas. Si te tomas esto como algo personal tienes la idea equivocada de lo que es una “empresa”. Esto trata sobre un pacto social, sobre hacer concesiones para que nuestra sociedad en su conjunto sea mayoritariamente feliz.

Obviamente mi fantasía nunca se hará realidad. Es más probable que la economía se estanque durante mucho tiempo. Los ricos exprimirán a los pobres todo lo posible evitando llegar a los disturbios. Los EEUU ya están en ese punto. Todavía es posible hacer las cosas más eficientes, pero la economía no podría dar cabida a una mayor eficiencia, ya que las personas que están más abajo en la escala social llegarían a un sufrimiento intolerable, y la sociedad en su conjunto sería disfuncional. En este sentido, la economía es un juego de suma cero. Los ricos no pueden ser más ricos sin que los pobres padezcan más sufrimientos.

Suplemento

En Y Combinator hay un interesante debate sobre mi artículo. Quiero abordar algunos de los comentarios.

Varias personas han hecho comentarios sobre la destrucción creativa. A su juicio, los que han perdido su empleo ahora pueden aprender algo nuevo y aplicar su productividad en otros sectores. Estoy de acuerdo en que la destrucción creativa juega un papel importante en nuestras economías, pero mi argumento es que hemos llegado a un punto de la eficiencia en el que las personas puede causar una destrucción creativa demasiado grande. La destrucción es demasiado eficiente para que los humanos podamos ponernos al día. Tenemos una carrera loca de destrucción creativa en la que encontrar maneras creativas de destruir los empleos de los demás se ha convertido en el principal modo de supervivencia.

No hay suficiente espacio en el mercado para que quepan los mejores en todo, es imposible por definición. Si todos son los mejores en algo, obviamente no es una situación eficiente, ya que sería imposible estar informado sobre miles de millones de “los mejores” productos y servicios.

Piensa en el iPhone App market. Solo un pequeño porcentaje de los desarrolladores en la cima ganan dinero. En cierto sentido, los demás desarrolladores no tienen trabajo. Si tuvieran que usar su productividad en otros sectores se verían obligados a buscar encontrar un mercado diferente. Podrían probar con el Android market, pero allí solo un pequeño porcentaje gana dinero con sus aplicaciones. Nunca podría haber suficientes “markets” para que todos los desarrolladores pudieran estar en el porcentaje más alto.

Por otra parte, la eficiencia es el resultado de un mercado que en conjunto identifica los mejores productos e ideas y los recompensa de manera desproporcionada. Los seres humanos tenemos limitaciones físicas y biológicas, no podemos seguir aumentando la eficiencia como hacen los robots. No hay manera humana de ponerse al día al ritmo que aumenta la eficiencia del mercado. Para cuando hayamos aprendido una nueva habilidad ya habrá sido destruida creativamente por alguien. Es deshumanizador esperar que la gente pueda seguir aprendiendo nuevas habilidades con el fin de ponerse al día al ritmo del mercado. Creo que no es justo culpar a aquellos que no consiguieron adaptarse con suficiente rapidez.

Personalmente se me conoce como un hombre eficiente. Continuamente me adapto a las últimas tecnologías para hacer mi vida y negocios más eficientes. Pero cuando miro a mi alrededor veo a mucha gente decente que no está particularmente interesada en jugar a este juego de la eficiencia. Lucha por sobrevivir. Creo que son la mayoría. Se sienten involuntariamente obligados a participar en este juego de la eficiencia. Es como cenar en un restaurante donde los demás están devorando la comida tan rápido como pueden. Te sientes presionado para alcanzarlos. No puedes disfrutar de la comida y después sufres de una indigestión. No creo que aquellos de nosotros que somos buenos jugando a este juego de la eficiencia debamos culpar a otras personas decentes por no conseguir adaptarse y sobrevivir este juego. Este es un artículo relacionado que escribí hace 5 años: La cinta sin fin económica: por qué estamos destinados a quemarnos.

[24/10/2011] Alguien me envío por correo su teoría sobre por qué tenemos tal disparidad en ingresos y riqueza. Esta persona piensa que algunas políticas públicas tales como la tasa de inflación son las principales culpables. Estoy de acuerdo en que las políticas públicas tienen mucho que ver con ello. Su argumento hizo que me diera cuenta de que la disparidad de ingresos y la falta de oportunidades de trabajo están relacionadas, pero son cuestiones diferentes. Podríamos tener una situación en la que la tasa de desempleo fuera baja, pero la disparidad de salarios alta, o viceversa.

Mi principal preocupación es la falta de oportunidades de trabajo. Creo que tenemos un problema estructural que no se resolverá por el desgaste de la actual recesión.